jueves, 7 de noviembre de 2013

Ningún mástil

Mi mujer duerme en Zaragoza, sola en la gran cama de matrimonio frente al armario que compramos el otro día en Ikea. Mi hija hace lo mismo en Barcelona, no sé si en su pequeña habitación de la calle Provenza o en el dormitorio de Marc, al otro lado de la ciudad. Mi hijo duerme en su cuarto de la residencia de estudiantes a seis kilómetros de Huesca, rodeado de campos de maíz, labrantíos y rotondas de carreteras. Yo escribo. Lo hago por primera vez en mucho tiempo y las palabras brotan despacio, cada una sólida y rotunda, de modo tan distinto a cuando fluían como un arroyo de montaña. Pero ahora lo único que me preocupa es la armonía, la afinación. Cuatro cuerdas sin ningún mástil, sólo el tiempo, sus olas.

12 comentarios:

molinos dijo...

Escribe en un cuaderno...a mano todo fluye.

Un beso fuerte

Paco dijo...

Qué despliegue de familia...

Jesús Miramón dijo...

El caso, Moli, es que por primera vez en muchos años no me siento mal por no escribir. No me siento culpable, no me siento incompleto, no siento que mi vida carezca de sustancia al no escribir, y en el post más bien aludo a cómo la falta del ejercicio diario de escribir se nota mucho después, cuando te pones a ello y de algún modo sirve para darte cuenta de la presencia de los músculos. Es una sensación muy interesante que me sugiere esa idea utópica y tan difícil: escribir muy poco pero muy bueno. Tendré en cuenta lo del cuaderno. Un beso.

Jesús Miramón dijo...

Y que lo digas, Paco. Actualmente somos una familia «casi emancipada» por parte de todos y cada uno de sus miembros. No es fácil pero la vida, la aventura, es seguir tomando decisiones.

giovanni dijo...

Afino cada día una de mis guitarras. En mi paseo por Andalucía afiné en 8 días 2 veces una guitarra, una Alhambra en Córdoba y una Ferrer en Granada. Puedes escuchar la Alhambra (de 1200 euros) en este vídeo (después de 1:05 puedes también verla):

La guitarra siempre me da armonía pero eso ya lo sabías. Ya sabes tanto de mí y yo de ti y, sin embargo, queda mucho por conocer. Y todavía no conozco a tu mujer, ni a tus hijos.

Podría ser que haya un mástil para las cuatro cuerdas, pero invisible?

Un abrazo

giovanni dijo...

Olvidé de darte el enlace del vídeo en que se escucha la guitarra Alhambra (que está en venta en Córdoba):
http://youtu.be/capcktE9fA0

NáN dijo...

todo requiere ejercitamiento diario, aunque a veces es agradable decir "al cuerno" por un tiempo.

Yo estoy ya acostumbrado a tener al hijo a 2.000 km y a la compañera a 2.800.

Precisamente son las época en las que me dedico a escribir como un loco.

Jesús Miramón dijo...

Querido Giovanni, querido NáN, os pido disculpas por no contestar vuestros comentarios, algo que siempre me pareció de mala educación. Soy un instrumento voluminoso y necesito tiempo para afinarme. Un abrazo fuerte.

Elvira dijo...

Cada etapa da nacimiento a una nueva versión de nosotros mismos. Creo que yo también estoy iniciando una nueva etapa.

Un abrazo, Jesús!

Jesús Miramón dijo...

Un beso, Elvira.

Portarosa dijo...

Es un placer leerte, por eso quiero que escribas. Pero puedo esperar si lo hace con cuentagotas.

Un abrazo. Espero que estéis todos bien con esta situación.

Jesús Miramón dijo...

Un abrazo, Porto. Estamos bien pero echo muchísimo de menos a M., algo que ya esperaba pero no con tanta intensidad. Un abrazo.