lunes, 2 de junio de 2014

Astronauta

El verde esmeralda de hace unas semanas es ahora un mar amarillo de cereal en sazón. Navegan algunas pocas nubes blancas en el cielo azul cielo. Conduzco detrás y delante de decenas de vehículos como el mío. Este planeta no es Marte, no es Júpiter, no es Plutón. Hago descender la ventanilla eléctrica pulsando un botón y respiro sin miedo.

4 comentarios:

giovanni dijo...

Abriendo la ventanilla fluyó el mar amarillo y el cielo azul en tu coche. Un abrazo

Portarosa dijo...

Sin miedo. Es importante y no tan fácil.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Yo, sobre todo en los últimos tiempos, tengo miedo. En eso consiste básicamente mi enfermedad.

Convencerme de que no lo tengo o no debería tenerlo porque el verdadero peso de la realidad ridiculiza la importancia de semejantes reacciones primarias tan inútiles como infantiles... bueno, es la cura. No: el tratamiento paliativo. No: información. Sólo información.

Portarosa dijo...

Ánimo con ese miedo, Jesús.

Un abrazo.