Duermes pacíficamente a mi lado mientras el viento agita las ramas de los arbolillos de la acera.
Al atardecer salí a la pequeña galería y vi a una joven búlgara haciendo fotografías en el balcón de su casa. Imaginé la espectacularidad de la muerte del sol detrás de mi edificio y recordé lo mismo admirado tantas veces cuando vivíamos en Binéfar.
Bajaron las temperaturas y casi pude escuchar el crujido del otoño precipitándose sin remedio hacia mis brazos
como tú.
sábado, 16 de agosto de 2014
El viento agita las ramas
Publicado por Jesús Miramón a las 1:51
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6 comentarios:
todavia llama binefar (de momento los acentos funcionan y me corte en un dedo con que tengo que tocar guitarra esta tarde en la inauguracion de una exposicion de aafke y trato de mantener el piel del dedo juntado/cerrado apretando la herida con el dedo yacente/de al lado), pero ya noto un incipiente amor por el lugar donde vives ahora, tal vez por la presencia de ella. pero ya lo percibi antes...
un abrazo
creo que debe ser/es adyacente en vez de yacente.
se podria decir tambien 'el dedo vecino'?
me corte el dedo cortando ramas y flores macitadas (?) en el jardin.
tendria que haber escrito en mi primer comentario "los acentos NO funcionan"
Dedo adyacente, dedo vecino o dedo de al lado son expresiones correctas. Y las flores que cortaste en el jardín eran las flores marchitas.
Binéfar va quedando atrás, cada vez más atrás, como el cabo de Hornos. A ninguno de los dos los olvidaré jamás.
Un abrazo, mi políglota amigo.
Este verano algo otoñal te debe haber aliviado muchísimo. A mí también.
Muy bello tu escrito. Un abrazo
Muchísimo, ahora mismo estoy en Zaragoza y, por increíble que parezca, casi hace frío. Maravilloso. Un abrazo, Elvira.
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