Hoy quedé a comer en Binéfar con mis amigas y compañeras de la coral más queridas. Mientras conducía de regreso a Barbastro recorriendo los kilómetros que devoré tantas y tantas veces caí en la cuenta de que, como les había sucedido a otros navegantes antes que a mí, finalmente las tormentas del cabo de Hornos se habían limitado a empujarme con furia al puerto de partida.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
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9 comentarios:
Por un momento me he perdido en un extraño remolino de enlaces! Qué cosas tiene este mar salvaje... Me alegro de verte, lo más crudo del otoño ya ha pasado...
¡Oh, qué alegría!
Este fin de semana tuvimos un encuentro en Madrid, y le conté a un viejo cíber-conocido que había(s) cerrado el único blog que jamás, ni un solo día, me había cansado de leer.
Un abrazo, Jesús.
Yo también me alegro de verte, Epo. ¿Te importaría que tradujera tu precioso libro de poemas? Así poco a poco y en petit comité...
¡Hola, Porto! Jó, qué cosas dices... En cuanto a mis retiradas, ya sabes, siempre son temporales (de acuerdo, sé que algún día no lo serán). Cuarteles de invierno. Descansos. Ridículas apuestas o pruebas personales... En fin, cosas mías.
Un abrazo muy fuerte. Qué amable has sido y eres siempre conmigo.
Lo justo, Jesús, lo justo.
Un abrazo más.
Jesús, me emociona que te tomes tan en serio mis poemas...! El librito lo quité del blog porque me dio por presentarlo a un concurso, pero como no he ganado... pues lo volveré a poner por ahí, junto con otro librito que he juntado...así que me encantará volver a leerlos desde tu mirada! abrazooo!
Ya te vale, nos has tenido castigados un montón de tiempo, volver a leerte es como recuperar algo que aprecias mucho y habías dado por perdido....
Un abrazo hermano.
Un abrazo, hermanito. Nos vemos en las cinco estaciones (otra vez).
Sin melodrama el "artista"...¿quién o qué sería?.
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