Los sonidos del taller de coches al otro lado de la calle. La joven que pasea un carlino de color crema mientras habla por teléfono. Las sorprendentes hojas verdes de los arbolillos de la acera que hace unos meses parecían absolutamente muertos. Las nubes oscuras a kilómetros de altura sobre los tejados de los edificios. Los tacones de mi vecina del piso de arriba. El tic-tac del reloj de pared. Todo me llama por mi nombre.
jueves, 29 de mayo de 2014
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4 comentarios:
Suena bien.
Un abrazo
Un abrazo, Giovanni.
Más que bien. Es estar vivo y estar alerta. Conocer que todo se relaciona.
Sabiduría.
Un abrazo, Nán.
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