Después del ensayo vamos al Chanti a tomar una copa, y después del Chanti salgo a la carretera y regreso a Barbastro con mi hijo de dieciséis años sentado a mi lado. Él ha estado con sus amigos y yo con los míos. La distancia entre ambos es mucho más grande que los centímetros que separan nuestros asientos, es una distancia mil millones de veces repetida a lo largo de generaciones, una distancia en la que se mezclan el amor, la esperanza y el rencor. Nadie dijo que fuera fácil, pero qué duro y difícil es.
sábado, 21 de diciembre de 2013
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11 comentarios:
Eso también pasará. Un día, años después, pensé que me habría gustado saberlo entonces, cuando las cosas no iban tan bien (o iban rematadamente torcidas). Y ahora que lo sé, te lo digo a ti: eso también pasará.
Un beso :)
A veces pienso que la rabia y el rencor no son lo mismo, y que la rabia es más fácil de disolver que el rencor. No sé. Estaba pensando en voz alta.
Me parece que los adolescentes a veces tienen una rabia dentro que se dirige contra el primer adulto que coarta un poco su libertad. Es una rabia mezclada con rebeldía e inseguridad, ¿no crees?
Sí, esto también pasará, como dice Berna. Besos
Berna, Elvira, no sabéis cuánto os lo agradezco, vosotras habláis desde la experiencia. Un beso.
Añado mi experiencia, exactamente igual a la de Berna y Elvira. A los veintialgo se convierten en tu mejor fortaleza. Entre tanto, los mejores hacen lo que tienen que hacer: atacar la autoridad (que para ellos somos los padres).
Buaaaaaaa.... como te entiendo.... que pena. El mío tiene 12 y ya marca.
Ojalá tengáis razón (aunque C. no es mi primer hijo, es el segundo, lo cual a la vista está que no me ha servido de nada... ). Por eso en el texto hablo, además de amor y rencor, de esperanza.
Ahora las botellas de vino se enfrían en la terraza, y también una gran cazuela de sopa para poder desengrasarla mañana. Se acerca la Navidad sin que me sea posible salir corriendo, no aún.
Ya falta poco para que puedas salir corriendo, Jesús! Un abrazo fuerte cargado de buenos deseos (los que tú desees)
Feliz navidad y un abrazo, Elvira, mis mejores deseos también para ti.
Yo tampoco tengo experiencia, Jesús, pero seguro que no es rencor, sino rabia, y seguro que se pasa. No en general, no en todos los casos, pero sí en el tuyo. Seguro, ya verás. No te desesperes (ya leo que no).
Un abrazo, y ahora ya, feliz fin de año y un muy feliz 2014, Jesús.
Llegará pronto el día en que esa distancia srea otra vez mínima o normal. Cada fase tiene su encanto.
Un abrazo y felicidad
Seguimos navegando, siempre lo hacemos. Un abrazo.
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