Giraban tantos ventiladores en la angustiosa y calurosa noche de verano, tantos centenares, miles de ventiladores en dormitorios, salones y pasillos, que poco a poco la ciudad comenzó a despegar y elevarse sobre el somontano mientras sus moradores dormían.
viernes, 18 de julio de 2014
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9 comentarios:
Lo habéis conseguido. ¡Buen viaje interestelar por las tierras de gigantes!
Castroforte del Baralla aragonés.
Me encanta la imagen. Un beso soplado...
Nán, Porto, Elvira, mis lectores de tantos años... Un abrazo y un beso fuertísimos.
Controle el paso de hélice o el timón de cola. La ciudad duerme. Sólo con el rocío de la mañana y...
Es precioso su escrito.
Saludos
Gracias, Aviador.
Acabo de curiosear un poco y he visto que hice mi primer comentario en tu blog el 2 de Junio de 2009. No está mal!! Besos
No, no está nada mal, ¡la mitad del trayecto! Un beso enorme, Elvira.
P.D: El cabo de Hornos comienza a quedar atrás.
¡Qué bien! :)
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