Mantener el rumbo, no existe otra tarea. Si en un descuido se pierde, recuperarlo sin remordimientos. Mantener el rumbo bajo el sol y también bajo las estrellas de la noche. Mantener el rumbo no por el destino, que ya conozco, sino por la armonía.
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7 comentarios:
mmmmm...no lo tengo claro. Lo pensaré esta noche.
Tú lo has liquidado en tres líneas, Jesús, pero esto da para una Historia de la Filosofía.
Empecemos: ¿hay un solo destino o nuestra vida comprende muchos destinos intermedios? ¿Cuál es el rumbo a mantener? Y aun más: ¿estoy yo al timón? ¿Tengo timón?
Por lo demás (!), estoy de acuerdo.
Escribí pensando en el Cabo de Hornos y en el océano. También en mi vida, claro, una vida ligeramente desafinada últimamente, algo que los cantantes de coro no podemos soportar.
Pienso que sólo hay un destino, pero lo escribimos -dando tumbos, rodeos, subiendo y bajando, equivocándonos, acertando- nosotros acompañados de la diosa fortuna. Respecto a ella nada podemos hacer, pero en cuanto al texto... Nada agradece más el cerebro humano que la armonía, la claridad, la belleza sin pretensiones. Yo siempre me siento en el deber de intentarlo.
Moli, Ángela, un beso.
Yo había dejado un comentario y no está :.....-(
Yo no sé si conozco mi destino, pero me ha encantado tu texto.
Un beso
Lo siento, Filla, pero no sé qué ha podido pasar...
Gracias, Elvira.
Besos.
Esta entrada también es preciosa¡¡
Me gustó mucho, enhorabuena¡¡
besos¡¡
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