Esta es la última noche que duermo bajo la claraboya de la buhardilla. Sé que la recordaré como recordaré la chimenea crepitando algunas tardes de invierno en esta casa. Sucederá en el futuro, ese planeta que todavía no he explorado.
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13 comentarios:
Como bien sabes, siempre me sorprenden las certezas que tenemos sobre el futuro, a pesar de que ni siquiera nos demos cuenta. ¿Cómo puedes asegurar que esta es la última noche que duermes bajo la claraboya de la buhardilla? ¿Van a derribar la casa?
Bueno, lo considero altamente improbable pero tienes razón, no van a derribar la casa.
Aunque creo que hay más posibilidades de que acabe viviendo en Rapid City que en la calle donde vivía hasta hoy...
Jesús, entiendo tus palabras, pero sólo es una noche más en tu vida. Te quedan muchas paginas que escribir. Tu vida, tu libro, lo veo muy muy grueso, mucho más grueso que EL LIBRO GORDE DE PETETE, y tiene muchas muchas páginas en blanco y deseo que escribas muchas cosas buenas y que sigas teniendo la fuerza para vivir las malas y la serenidad al escribirlas de haber hecho lo correcto. COMO AHORA.
Primero se meditan las cosas, y luego se actua.
Te deseo lo mejor. BESOS MUY MUY GORDOS. Marigel
Siempre es tan gratificante leerte.
Suerte en esta nueva etapa.
Un abrazo.
MCarmen
¡Estrenas vida nueva! Mucha suerte en esta etapa que acabas de comenzar. Un beso
Es inevitable relacionar los cambios con la aparición de nuevas posibilidades, ¿no? Aunque el ingrediente principal, que somos nosotros, siga siendo el mismo.
Que empieces con ganas, que disfrutes mucho de tu tiempo, Jesús.
Un abrazo. Suerte.
Bueno, ya estoy instalada en el apartamento de Barbastro. Es pequeño pero muy agradable ¡y a un minuto y medio de la agencia!
Marigel, leí lo que le diste a M. y, como ella, lloré. Una de las mejores cosas de la vida es conocer personas buenas y generosas y luchadoras como vosotros. Un beso fuertísimo.
Mari Carmen, Elvira, Porto, muchas gracias. Los cambios son estimulantes, yo casi hasta me siento más joven con la decisión que hemos tomado. Yo conozco Barbastro desde mi mesa de trabajo, ahora la conoceré también desde el otro lado.*
Besos.
* Cerca de donde yo vivo comienza un barrio donde viven muchos inmigrantes que, claro, me conocen. Al verme me saludan, algunos por mi nombre, y noto que lo hacen con simpatía. Es curioso las vueltas que da la vida. A algunos yo también les saludo por su nombre.
Esos saludos pueden dar mucho de sí. Seguro que vas a estar bien.
El momento de la nostalgia hay que vivirlo como tal.
Momento tras momento tras momento hasta el final, no hay un plan mejor. Un abrazo, Nán.
Acabo de redescubrir tu blog y me he puesto al día de los cambios para este curso.
Me alegro de tu vuelta y de encontrarte otra vez con fuerza y de poder disfrutar otra vez con tus escritos.
Cómo no te van a saludar con simpatía...
Gracias, Anónimo.
(Dímelo si quieres: ¿quién eres?).
Soy una anónima anónima.
Brujuleo entre blogs y vuelvo de visita a los que por algo me enganchan, emocionan, o me descubren libros o pelis o personas ...
Y de tanta visita se me hacen cotidianos, pasan a ser parte de mi rutina, de mis paseos, como los desconocidos que a fuerza de verse cada día intercambian saludos.
Y entonces me atrevo a hacer un comentario, tal vez demasiado cercano o personal ...
Esta soy, ya un poco menos anónima, espero
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