lunes, 15 de abril de 2013

Las dos estaciones

Donde yo vivo no hay cinco estaciones, en este territorio a medio camino entre las montañas todavía nevadas de Los Pirineos y el desierto de Los Monegros sólo hay dos: invierno y verano.

A las tres de la tarde el termómetro del coche señalaba treinta grados, el aire acondicionado soplando a toda potencia. El calor ha regresado y con él quedan atrás las cálidas chaquetas viejas de lana y las infusiones calientes, atrás quedan las noches de lluvia acunado por su golpeteo en la claraboya, los pantalones gruesos, las botas, el campo cubierto de hielo, el gozo agradecido -no el sufrimiento- de ser un mamífero de cuerpo caliente.

Mientras instalaba el reloj del riego automático he descubierto que las hormigas habían regresado al campo de batalla de la terraza, iban de aquí para allá con absoluta desenvoltura, diminutas e irónicas, sabedoras de qué gigante volverá a ser derrotado.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Te acabo de reencontrar. Qué alegría... Un abrazo grande.
Raúl

giovanni dijo...

Esta tarde vi las primeras hormigas andando tranquilamente aunque con su velocidad común dentro de mi casa, en el espacio entre la puerta hacia afuera y la puerta al interior que la sigue. Es un espacio pequeño, pero para las hormigas no existen paredes ni puertas. Me pregunto cuando veré aparecer la primera hormiga o mejor dicho las primeras hormigas, porque tienen la conocida costumbre de andar en fila o colona hacia su... y ahora vacilo: cómo saben donde ir? Y con qué retornan? El año pasado veía hormigas en fila caminando por la cocina y no tenía ni idea lo que llevaron. Me parece que no llevaron o trajeron nada. Por qué será que, sin embargo, siguen el uno al otra, en fila supuestamente sin objetivo?
Voy a estudiarlas mejor este año.
'Hormiiigas, bienveniiidas!'
Durante un tiempo corto, por supuesto. Digamos, el tiempo justo para filmarlas bien, con buena luz y buena acción.

Jesús Miramón dijo...

Un abrazo, Raúl, la alegría es mutua.

Jesús Miramón dijo...

Giovanni, si entraron en la cocina y después se fueron puedes estar seguro de que se llevaron algo, no te quepa la menor duda. Son astutas.

Estúdialas si quieres pero nunca olvides que tú eres David y ellas son Goliat.

andandos dijo...

Espero que el calor de estos días no sea, ya, la entrada en el desierto que nos espera hasta octubre, por lo menos. Todavía tiene, o tendría, que hacer frío, aunque sea fresco.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Lo es, José Luis, no nos engañemos. La primera estación ha terminado y comienza la segunda. Yo ya he recuperado las sandalias, no te digo más. Jó.

Un abrazo.

A filla do mar dijo...

Te cambio!!!

Un beso.

Jesús Miramón dijo...

¡Vale!

(Ojalá)

Un beso.