Todos estos días de insoportable bochorno han estallado hace una hora en forma de violenta tormenta de verano. Rachas furiosas de lluvia golpeaban la fachada de mi edificio inundando de agua la pequeña galería del apartamento. Mientras la recogía con la fregona una y otra vez, descalzo grumete Sísifo de espíritu inquebrantable, retumbaban los truenos y la ciudad entera parecía entrar en pánico. Mucho trabajo pero qué placer sentir el paulatino frescor del aire húmedo y limpio. Poco a poco las ráfagas de lluvia han ido perdiendo fuerza hasta recuperar una mansa verticalidad. He recogido las cosas, he secado mis pies con una toalla, me he servido un bourbon con hielo y me he sentado frente a la mesa del salón dispuesto a escribir, repentinamente esperanzado.
Mumford & Sons - After the Storm, 2009.
jueves, 12 de junio de 2014
Después de la tormenta
Publicado por Jesús Miramón a las 19:42
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6 comentarios:
La fuerza de la naturaleza es contagiosa. Y su frescura también.
Un abrazo
Mmh, hasta aquí llega el frescor! Un abrazo
Me ha gustado el texto y también la canción. Un beso
Giovanni, Epolenep, Elvira, abrazos, besos y gracias infinitas.
...de dónde surgirá esa repentina esperanza...
No lo sé. Tal vez debamos aceptar que la esperanza, como tantas otras cosas, no tiene ningún sentido salvo permitirnos seguir adelante. Una sabia reacción refleja de nuestra naturaleza. Algo así.
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