Regresando de mi paseo nocturno he pasado junto al único restaurante chino de Barbastro. He pensado que estaba vacío hasta que he localizado a sus trabajadores cenando alrededor de una mesa en una esquina. Mientras los dejaba atrás me he preguntado si aquellos comensales a miles de kilómetros de sus lugares de origen estarían comiendo platos de la carta del restaurante o platos distintos, más auténticos, más chinos que los de su restaurante chino.
jueves, 6 de febrero de 2014
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