miércoles, 19 de febrero de 2014

Cuernos de toro

Sentado en la sala de espera de la primera consulta psiquiátrica de mi vida he pensado, naturalmente, en Tony Soprano. Después la consulta no se ha parecido en nada a las de la serie, claro, aunque, ahora que lo pienso, sí en algo importante: mi doctora hablaba poco y yo, sólo para contestar a sus preguntas y observaciones, he tenido que hablar mucho. Cincuenta minutos más tarde he salido esperanzado y optimista, con los cuernos del toro agarrados firmemente por mis manos. Los peatones con los que me cruzaba de regreso a casa miraban los cuernos de toro, me miraban a mí y mi estúpida sonrisa, y a continuación hacían como que no habían visto nada, temerosos tal vez de salir heridos. La mala noticia es que la temperatura de la noche era casi primaveral.

10 comentarios:

Portarosa dijo...

Suerte (el otro comentario no fue un error).
Como me encanta hablar de mí, me lo pasé muy bien psicoanalizándomr, yo.

Los cuernos, bien a la vista :-)

A filla do mar dijo...

Me alegro mucho, Jesús.

Jesús Miramón dijo...

Gracias, guapísimos. Yo no me voy a psicoanalizar, me voy a psicologizar (además de las consultas con ella mi psiquiatra me ha derivado a diez sesiones con una psicóloga que cree que puede ayudarme mucho). Ahora mismo soy optimista (ya sabéis que me hace falta muy poco para eso). Básicamente quiero curarme.

Un beso para los dos.

Elvira dijo...

Suena muy bien, me alegro. Suerte, Jesús! Un beso

Angela dijo...

¡Oléeeee!

molinos dijo...

Si ha servido para sentirte más optimista y recordar a Tony Soprano, ha sido buena idea.

Bien por ti.

Un beso

NáN dijo...

No sabes lo que me alegra que cojas el toro por los cuernos. Ya sabes que he pasado por esos procesos. Y viene muy bien.

La atención ha de ser máxima, porque si no la mente nos vuelve a meter en problemas. Es como tomar un algidol para un catarro.

Pena que el tiempo se pusidera primaveral, cuando te merecías una nevada y un frío glacial, con tu bufandita y el whisky al volver a casa.

andandos dijo...

Yo también me alegro. Tenemos que quedar, seguramente un domingo por la tarde. Las cinco es la hora de los cuernos. O era, ya no lo sé.

Un abrazo

Jesús Miramón dijo...

Ángela, esos cuernos de toro merecen un olé, sí, señora.

Muchas gracias, Moli, sí que me ha servido y espero, sobre todo, curarme. Un beso.

No hubo nevada ni frío glacial ni bufanda pero sí un whisky.

Gracias, José Luis, este fin de semana casi seguro voy a Zaragoza pero sí, tenemos que quedar, lo nuestro no tiene perdón de dios.

Muchísimas gracias a todos. Besos y abrazos.

Jesús Miramón dijo...

Elvira, muchísimas gracias a ti también y sobre todo, que me ayudaste tanto al principio de todo esto! Un beso.