Apenas se ha extinguido el eco de la música navideña los coros comienzan a ensayar piezas de música sacra para los conciertos de Semana Santa. No deja de ser paradójico que a mí, ateo sin pretensiones, sea la que más me gusta y la que más disfruto cantando. No creo en dios pero sí en los maravillosos frutos del cerebro humano al imaginarlo: toda esa desesperada búsqueda de respuestas, el estremecimiento ante lo poderoso y trascendente, la piedad, el consuelo, la esperanza. Y después de ensayar vamos al Chanti a tomar unas cervezas.
viernes, 17 de enero de 2014
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6 comentarios:
En un pequeño comentario no se puede decir todo lo que esta entrada requiere. Transciende sus posibilidades.
A mí me gusta la rutina, lo que vuelve y lo que volvemos a hacer. Forma parte de nuestra continua búsqueda de felicidad y sentido en la vida? O transciende la rutina eso y toque ámbitos de nuestra mente que nos escapa en parte?
Bebí cervezas -exactamente tres- tras ensayar esta maravillosa obra:
http://youtu.be/YXyqPDU0_fM
Mi religión es la belleza.
Besos.
Es que esa música es espiritual, y tú también, a tu manera. ¿No? Al menos encajas en mi noción de "espiritual". :)
Un beso
Me gusta encajar en esa noción tuya. Un beso.
"No creo en dios pero sí en los maravillosos frutos del cerebro humano al imaginarlo: toda esa desesperada búsqueda de respuestas, el estremecimiento ante lo poderoso y trascendente, la piedad, el consuelo, la esperanza."
Jo...
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