He comido con tres amigas muy queridas. Después hemos dado un paseo por la pequeña ciudad y hemos tomado algo en una cafetería. Hacía frío en la calle. Cuando nieva en las montañas el aire que alcanza el somontano llega gélido y con sabor a hielo.
Al regresar a casa me he enterado de la muerte de Claudio Abbado, uno de mis directores de orquesta preferidos. Tenía ochenta años, una edad que, en opinión de la mayoría de los doctores que le trataron un agresivo cáncer de estómago en 2000, era muy improbable que cumpliera. Pero sobrevivió y resucitó cambiado, aéreo de tan flaco, intenso pero amable, humilde, tímido, más sabio y dispuesto a entregarse a la música desde el conocimiento renovado de lo que merece realmente la pena. En internet pueden encontrarse muchos de sus conciertos y, aunque la música es sonido y silencio más allá de la imagen, es maravilloso contemplar a Abbado dirigiendo una orquesta, el característico movimiento de su mano izquierda abierta en abanico, la batuta levitando verticalmente entre el pulgar y el corazón de la derecha y, sobre todo, la expresión de su rostro. Los cantantes de coro sabemos cuan importante es la expresión corporal y facial de quien nos dirige: Abbado era capaz de dirigir con el rostro, con la boca, con los ojos que a menudo cerraba como si quisiera disolverse en el poder de la belleza.
En la red pueden verse y escucharse muchos conciertos suyos enteros, mis favoritos son el Réquiem de Verdi que dirigió en 2002, agotado tras las operaciones que le habían dejado prácticamente sin sistema digestivo, casi despidiéndose del mundo; la novena de Mahler -ese adagio que detiene el corazón-, y el Réquiem de Mozart que dirigió en homenaje a su maestro Karajan, tan distinto de él y a quien sustituyó frente a la Filarmónica de Berlín en 1989 tras votación secreta de los músicos.
Siempre he pensado que la música es un refugio ante la intemperie del destino humano, no un consuelo sino un acto de valor y esperanza, la manifestación más pura del espíritu de nuestra estirpe. Que el peso de la tierra le sea leve.
lunes, 20 de enero de 2014
Claudio Abbado, In Memoriam
Publicado por Jesús Miramón a las 21:35
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10 comentarios:
"Siempre he pensado que la música es un refugio ante la intemperie del destino humano, no un consuelo sino un acto de valor y esperanza, la manifestación más pura del espíritu de nuestra estirpe."
Sí. Hoy tenía muchas ganas de llorar, y lo único que me ha salvado ha sido la música.
Que la tierra le sea leve. Un beso, Jesús!
No sabía lo que es 'estirpe' aunque presumía que era más o menos lo que dice wordreference: linaje, alcurnia, ascendencia, abolengo, raíz, a pesar de que tampoco sabía lo que significan exactamente alcurnia y abolengo. Pero nos quedamos en lo que Jesús dice: la música es un refugio ante la intemperie del destino humano... Me pregunto si no es también la expresión de la intemperie del destino humano. Qué es la definición de 'intemperie'? Destemplanza o desigualdad del tiempo atmosférico. Y qué es la definición de destemplanza?
f. Malestar físico con sensación de frío.
Falta de moderación o de temple:
chillaba con destemplanza.
Tiempo desapacible:
no es normal esta destemplanza en el mes de junio.
Qué raro, volví al frío del comienzo del relato de Jesús... No creo que hubiera malestar en Jesús, ni en sus tres amigas, por el frío. Me gustó su (tu) explicación del frío: Cuando nieva en las montañas el aire que alcanza el somontano llega gélido y con sabor a hielo.
Vaya, me entero por ti.
"Siempre he pensado que la música es un refugio ante la intemperie del destino humano, no un consuelo sino un acto de valor y esperanza, la manifestación más pura del espíritu de nuestra estirpe."
¡Qué par de frases te he leído hoy, Jesús!
Otro abrazo.
Querido Giovanni, no sé si es muy buena idea conocer el significado de una palabra a través de sus sinónimos: bueno, en realidad sí lo sé: no es una buena idea, de sinónimo en sinónimo puedes acabar en un significado a años luz del original. ¿Por qué no consultas directamente el Diccionario de la Real Academia de la lengua española?
http://lema.rae.es/drae/
Pero incluso acudiendo a la Academia el texto literario no siempre tiene por qué ceñirse a las definiciones estrictas, también entran en juego referencias, ecos, aromas, intuiciones, memoria colectiva, etcétera.
En mi texto «estirpe» hace referencia a linaje, sí, y también a raza, a especie, a tribu, es decir: a nosotros; en absoluto a alcurnia, abolengo o raíz.
E «intemperie» se refiere, esta vez sí exactamente y de casualidad, a su segunda acepción en nuestro diccionario (el único que deberías consultar); en absoluto, absolutamente para nada, tiene algo que ver con «destemplanza» y todos sus sinónimos, nada que ver con el tiempo atmosférico, absolutamente nada que ver.
Antes de acudir a wordreferende visita nuestro diccionario, por favor. Los sinónimos no son una buena idea para saber qué significa una palabra.
Un abrazo.
P.D: En cualquier caso ya me gustaría a mí conocer el holandés -o el inglés- como tú conoces mi idioma.
Gracias, Porto, un abrazo.
Jesús, gracias por las sugerencias y el enlace de la RAE. No fui tanto por los sinónimos sino por la definición de la palabra, no en la RAE sino en diccionarios inferiores, que busqué el significado de algunas palabras. Perdón por hablar de una manera 'ligera' sobre tu escrito que, otra vez, me gustó mucho por su contenido (he escuchado la música de los enlaces), sus ecos, aromas, intuiciones, memoria colectiva, etcétera.
Un abrazo
PD: Tengo un diccionario de uso del español de María Moliner (de miles de páginas) que da como primer significado de estirpe: abolengo. Y después: alcurnía. Y después: casta, linaje, raza.
¡Viva Claudio Abbado!
Un beso muy fuerte, querida Elvira.
MADREDELAMORHERMOSO vaya cosas que has escrito hoy. Touchée!
Si te refieres al comentario en vuestro blog es algo que escribí hace varios años... Gracias.
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