sábado, 25 de enero de 2014

Algo que aprendí a hacer

Después de un largo paseo regresamos a casa y preparamos unas verduras al vapor. Pelando patatas recuerdo lo increíblemente difícil que semejante tarea me parecía cuando era un niño, ¿cómo era posible que mi madre pudiese retirar la piel con el cuchillo de un modo tan fluido, tan limpio y efectivo? Alguna vez me habían permitido intentarlo llevándome medio tubérculo por el camino: definitivamente pelar patatas era tan dificultoso como silbar, si no más.

Nunca he sido un buen silbador pero las patatas, ah, eso es otra cosa, a lo largo de mi vida de adulto he pelado cientos, tal vez miles de patatas, pelar patatas con un cuchillo es algo que finalmente, contra todo pronóstico, aprendí a hacer.

2 comentarios:

Victoria dijo...

Los años nos regalan habilidades aunque mi hija dice que yo no pelo patatas, las asesino.

Jesús Miramón dijo...

Miles de habilidades, Victoria asesina de patatas. Yo tardé tanto tiempo en aprender a atarme los cordones de los zapatos como en silbar, por no hablar de cocinar una paella o conducir un coche. Nunca dejamos de aprender.