Pienso en las viviendas como naves desde que era muy pequeño. Submarinos, cruceros espaciales, buques mercantes. Lo mejor es que ni siquiera es una metáfora porque navegamos de verdad.
miércoles, 8 de enero de 2014
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3 comentarios:
"Mi casa era un barco velero
cada vez que madre hacia la colada,
con velas de sabanas blancas
tendidas a los vientos
de estas montañas
Quien me iba a decir a mí
que soñaba con el mar,
que en un maldito pantano, ayayay
mi casa iba a naufragar."
Tu prosa me ha traido
estos versos
de la Ronda.
Gracias, loqueleo. En la casa donde vivíamos hasta septiembre, en Binéfar, había una cortina exterior en la terraza del ático que cuando soplaba mucho viento había que atar exactamente igual que una vela para que no golpeara el cristal. Por otra parte los pasillos de los pisos, sobre todo si son largos, siempre me hacen pensar en submarinos.
Y, además, he vivido en una nave, un barco de transporte. Bueno, en mi caso sólo llevaba mi vida.
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